Son niños reclutados a la fuerza, obligados a cometer actos de extrema violencia, forzados a presenciar agresiones físicas y psíquicas. A veces incluso las sufren ellos mismos.
Y todas estas barbaries, las suelen vivir antes de cumplir los 10 años.
Como psiquiatra, me ha impactado descubrir cómo estos pequeños han vivido separados de sus familias durante meses o años, en condiciones precarias, expuestos a todo tipo de riesgos, sin ir a la escuela, sin cuidados médicos ni una alimentación adecuada.
Ahora, su mayor deseo es reintegrarse en su familia y regresar a la escuela para poder tener un futuro. Y es que, a pesar de las situaciones que han vivido, su capacidad de superación de la adversidad es impresionante.
Con tu ayuda, podemos ofrecerles la atención médica y psicológica que tanto necesitan y trabajar para que se recuperen y se sientan fuertes para superar los retos del futuro.
Así, volverán a ser los niños que nunca debieron dejar de ser.
Te aseguro que la mayor recompensa es ver cómo recuperan su alegría y sus ganas de vivir.
Además, con tu colaboración también responderemos a muchas otras necesidades humanitarias de la población sursudanesa. Por ejemplo, mediante programas contra la desnutrición, que afecta a más de cuatro millones de personas en el país.
Si puedes, ayúdanos y haz un donativo. Con 60 € trataremos, por ejemplo, acuatro personas con estrés postraumático durante tres meses.
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